La tabla tembló y los únicos que permanecieron estables fueron los olímpicos, desde la penúltima jornada anidados en la quinta posición, y el Sport LasWevas, afincado en la sexta casilla gracias a una portentosa diferencia de puntos.
Hice mis cálculos, tras la victoria ante los Blues (antepenúltima fecha), y decidí que no valía la pena echarle monedas al pozo con tal de clasificar en una llave con tal o cual finalista. Tanto KatsaS como Divos son de temer y mi única convicción es cobrar la taquilla por los Cuartos. Sin embargo, esta convulsión que ha de haber desconfigurado los planes de muchos (véase Halcones y Divos), no nos afectó de ninguna forma, excepto, tal vez, porque no habíamos previsto terminar en la tercera ubicación. No voy a eclipsar el mérito de mi elenco por haber escalado cual PPK, mas debo insistir en que fui favorecido incidentalmente. Mis estelares han sido los únicos que no han padecido la angustia de controlar a Carbone; Vincitori nunca me jugó de igual a igual.
Intuyo que los Devils, al proponer una alineación inocua, vislumbraban una ronda de Cuartos frente a Divos. Evidentemente salieron a endulzar las estadísticas del Sporting Olimpia, algo que de ninguna manera es reprochable, pues son estrategias que desfilan más allá de los partidos. Además, era previsible que los olímpicos quemarían hasta la última célula de entusiasmo, pues no habría más competencia en el horizonte; con esa misma sospecha jugué la tarde de ayer, aunque Vincitori delató su confianza en Divos y su prematuro convencimiento de que lucharían la repesca. Los Blues nos dejaron boquiabiertos.
El martes asoma como una fecha sublime. ¿Hace cuánto que no nos medimos en una ronda de Cuartos, Yoshi? ¿Hace cuánto que no tengo la dicha de vencerte? Las mismas preguntas ha de estarse planteando Inka, estudiando su duelo contra Crono.