Segundo triunfo consecutivo, compromiso al que no estábamos habituados ésta temporada. Nos tocaba recibir a Futuramax, escuadra con quién habíamos intercambiado esperanzas en la segunda fase de la Copa Inca. En ésta oportunidad el moderado colega Carter tenía a sus pupilos en mejor forma, aunque sus perimetrales todavía no se recuperaban de la seguidilla que padecieran en las fechas iniciales. Mas con Morales y Riega bastaba para complicar a mis agotados interiores, que sin el apoyo del "Piccolo" Piermarco debían asumir con prudencia la marca en zona.
El flujo ofensivo tuvo aciertos en zona, pero imprecisiones al lanzar desde el perímetro. Mi escolta italiano aún no justifica su salario y la única explicación que se me ocurre es un deprimente estado de forma, que no ha experimentado mayor cambio en lo que va de la temporada (su DMI sólo conoce de decrementos).
Sin Migue en la duela, nos sustentamos en Tek (Andro) y Ozores, quiénes pusieron cuesta arriba el negocio de los futuristas. Si hasta el segundo cuarto semejaba un cotejo efervescente, en la tercera fracción estos dos nombres se encargaron de apabullar el empeño de Morales y compañía.
En el cuarto final se asistió a un amague de recuperación por parte de la visita, que tomó partido del poco oxígeno que le quedaba al pobre Tek. La táctica defensiva aperturó fronteras de talento a los exteriores del huésped, que sin otro destacado que su base encontró doce puntos sobre la marcha con sendos triples.
La osadía sirvió para mitigar esa diferencia y enervar a la afición estelar, que soñaba con doblegar esa diferencia de puntos negativa. Empero, se respira un aire de tranquilidad en las instalaciones, pues sin renunciar al plan de entrenamiento se empiezan a cosechar resultados favorables, aún en la adversidad que toma forma de lesión y se anuncia por partido doble.
Ahora a focalizarse en la Copa.