Uruguay 101 – Aprendices Insuficientes 86
Tras un primer tiempo en que Aprendices parecía que se lo llevaba, Uruguay lo dio vuelta de la mano de Luppi.
Primer tiempo. Silencio en el Litoral.
A pesar de que la localía y el equipo hacían favorito al equipo de Salto, el que tomó la iniciativa fue Aprendices. En los primeros 4 minutos el trabajo de Zaraín fue perfecto, obligando a su marcador a cometerle dos faltas y convirtiendo 6 puntos. Allí, el melli debió enviar a Batín a la cancha para contener los ataques del peligroso ayuda español. El partido comenzaba favorable a la visita, que además ganaba la batalla de los rebotes antes la sorpresa de toda la comunidad de BB. Esteban Isabela desde el 3 aportaba algunos puntos y hay que destacar el trabajo clave de Barandiaran capturando 4 rebotes en 6 minutos. Por el lado de Uruguay solo Luppi daba la cara con algunos puntos, mientras que Batín tiraba afuera todo lo que intentaba y Saravia veía el partido como un espectador de lujo desde la base de Uruguay.
Luego el partido comenzó a volverse impreciso, la efectividad de acierto se trastocó y comenzaron a errar mucho, pero la batalla de los rebotes seguía siendo favorable a los Aprendices que comenzaba a marcar el desarrollo del juego; de a poco estiraban ventajas, hasta que una tremenda penetración de Arkna, seguida de una volcada tremenda de Garategui, que había ingresado muy bien en el partido, dejaron adelante a Aprendices 21 – 11 con 3 minutos por jugar. Allí, melli se levantó muy caliente del banco y mandó pedir el primer tiempo muerto del partido. Pero nada cambió, un técnico infantil cobrado a Quinteros permitió que Isabela se luciera con libres y un doble inmediato para sacar 11, la máxima. El primer tiempo terminó con una sorpresiva victoria visitante, que además había logrado emparejar los rebotes.
Los dos minutos del descanso mostraron al melli furioso como pocas veces, látigo en mano golpeando duramente a casi todos sus jugadores y con una arenga digna de Carlos manta. Digo a casi todos porque sabido es que Montier es masoquista y disfruta de los golpes con toallas mojadas que sus compañeros le propinan en el vestuario. Mientras tanto, el encestador repartía calma, tranquilidad y vasos con vodka y speed a sus jugadores, implorándoles de rodillas que mantuvieran el nivel mostrado.
Y así fue, porque a la mitad del segundo cuarto la distancia se seguía estirando cuando una hundida de Barandarian, seguida de una gran conversión de Arkna le permitieron a los visitantes sacar 13 de diferencia. El partido mantenía el ritmo alto de goleo de los jugadores de aprendices, y eso, sumado a una notable labor de Isabela, Barandarian y del holandés Van der Gur en los rebotes, no permitía a Uruguay explotar su fuerte: la tabla. A pesar del minuto que pidió el melli la cosa no cambiaba, Montier, Batini y Cardena la apuntaban al cura y le pegaban al campanario, al monaguillo, a las palomas y a todo lo demás, pero nunca al cura. El final del entretiempo encontró a Arkna clavando un triple a la carrera para que Aprendices se fuese 13 arriba al vestuario.
El clima del entretiempo fue tenso en el monumental Albiceleste, los hinchas de Uruguay comenzaron a arrojar objetos contundentes (como todos los objetos) al puñado de hinchas visitantes que se agruparon en formación triangulo (la que usaban los centuriones para entrar a la aldea gala), y allí, bajo sus mochilas, comenzaron a devolver botellazos limpiamente. La fiesta del basket estaba completa, lio adentro, lio afuera, un partido hermoso Cuando Uruguay salió a la cancha se notaban los brazos rojos de los jugadores producto de los latigazos, y a Montier más contento que de costumbre. La hinchada local comenzó a gritar “la camiseta celeste, se tiene que transpirar, sino no se la pongan, váyanse no roben más”. Mientras tanto, la visita comenzaba a desarmar la formación triangulo, y apoyaba a sus jugadores entre los salivazos rivales.