Mi buen Altair, sé que no depondrás el entusiasmo. Pronto, más pronto de lo que imagines, te leeremos con la misma fiebre del entrenamiento, apurando mensajes para que no haya reporte a la deriva. Amigo mío, te lo promete alguien que ya en dos oportunidades distintas firmó tristes adioses en este mismo foro, con la bien anclada resolución de no volver aunque los vientos del alma soplaran en esta dirección. Sin embargo, mi última despedida no rebasó las seis semanas, a poco de que mi histórico Stella Abadís se convirtiera en Bot. Aquella vez la voz de la razón fue patrocinada por Yoshi, a quien ahora agradezco entre líneas.
Derrotas que nos hacen hervir la sangre llegan y seguirán llegando. Ni contarte lo que sentí cuando KatsaS me volteó la torta una semana atrás. Pero me tomé unos minutos para asimilar el resultado, y luego examiné las estadísticas y el desempeño individual. Fue un triunfo inapelable, producto del pabellón y el nada despreciable margen salarial entre uno y otro plantel.
Si te fijas en las formaciones de esta tarde, no perdiste por obra y gracia de la injusticia, sino que te jugó una mala pasada el bendito motor de BB. La lesión de Montes aniquiló por completo tus chances de arañar la final. Si bien defendiste con una Zona 3-2, ellos protegieron su aro con la 2-3, neutralizando tu ya menoscabada ofensiva. Se sobrepusieron a tu equipo en rebotes y fueron capaces de generar oportunidades residuales, que terminaron embocadas. Échale un vistazo a mi duelo con KatsaS del sábado anterior, notarás que los rebotes beneficiaron al local y descontaron velas a mis santos. Eso mismo te sucedió esta tarde, amigo mío: anotaste 37 de 83 posibles. Tu rival generó 25 oportunidades más que tu equipo y una bastó para sentenciar la llave.
No perdiste por errores del juego, sino por azar. Con Montes, otro habría sido el juego.
Espero que mañana te retractes y podamos disfrutar tu previa en la víspera del Perú-México.